Sádico y cutre.

No sé escribir, lo intento. Creo un personaje, lo hago mediocre, normal tirando a mal.

Mi personaje se pone triste, la gente lo deja de lado, nadie le quiere y muere lentamente.

Sé matar a mis personajes con mis palabras, pero nunca les pasa nada bueno.

Empiezo millones de historias. De ellas sé el principio y el final pero no sé como llegar a él.

Quemo las historias, las borro, hago como que nunca han existido.

A veces encuentro viejas historias y las someto a crueles torturas como pequeñas hogueras ilegales, desmiembramientos o les cambio la identidad a base de rotuladores.